viernes, 9 de octubre de 2009

Capítulo 4: ¿Amigos?


- ¡Hola! – le saludó Irene en cuanto Raquel llegó hasta ellos.
- hola.
- Te presento a Ángel – le dijo, y dio un pequeño empujón a su amigo para que avanzara un paso.
- encantado – contestó con una leve sonrisa.
- Raquel ha sido la que me ha ayudado a encontrar la biblioteca – le explicó. Ángel asintió sonriendo. – ¿vamos a sentarnos?
Se sentaron en la mesa que había enfrete de un buen puñado de cobras que no paraban de reir.
- Anda mira, ahí está Marina – señaló Ángel.
- Si… ¿no parece muy contenta no? Como siga fingiendo la sonrisa así no va a poder volver a mover la boca más.
- ¿conoceis a esa chica? – les preguntó Raquel
- Si, es amiga nuestra – le contestó Irene sonriendo.
- Lo que no entiendo es que hace con los cobras… ella es de la casa de los lobos.
- ¿pasa algo con los cobras?
- Bueno, dicen que son un poco… “raros” - le dijo algo cortado.
- ¡eh Marina! – gritó de repente Irene - ¡ven!
La chica pareció pensarselo un poco, miró a una amiga que estaba sentada con ella, le dijo algo y despues se levantó. Se acercó a ellos y se paró detrás de una silla.
- Hola
- Esque parecia que allí te estuvieras aburriendo un poco – le explicó Irene – por eso he creido acertado rescatarte.
- Gracias, pero no me estaba aburriendo… - dijo, aunque no muy combencida.
- Ya… ¿conoces a Raquel? Ella es de los cuervos ¿sabes? Y por cierto… ¿Cómo es que no estas con ellos?
- No es que me caigan muy bien que digamos…
- Oooooh, ¿eso quiere decir que nosotros si?
- De momento vais mejor que ellos. – dijo, y una pequeña sonrisa apareció en su cara.
- ¿es cierto que los nuevos teneis que hacer una prueba para poder entrar? – le preguntó Ángel, curioso.
- Si. Es esta tarde.
- ¿y que teneis que hacer? – preguntó Marina mientras se sentaba.
- Pues aun no lo se. Cada año son distintas, asique no se lo que me tocará hacer a mi.
- Bueno, nosotros iremos a verte – le prometió Irene – necesitarás animos ¿no? Y a mi en lo de dar ánimos no me gana nadie.
- De eso no tengo ninguna duda. – le dijo Ángel riendo.


()

Raquel estaba buscando sus nuevas clases. Había pasado en la cafeteria casi dos horas, hablando con sus nuevos… ¿amigos?, y no sabia muy bien donde estaba todas sus aulas. Mientras caminaba, pensaba en las nuevas personas que había conocido. Era cierto que no estaban mal. Eran bastante simpáticos, y ahora que se fijaba la universidad no estaba tan mal como ella pensaba… se peró de golpe, cayendo de golpe en una cosa. ¿le gustaba la universidad? ¿a ella? Ella no queria ir allí, sus padres le habían obligado y ahora estaba contenta po haber ido. Algo pasaba… levantó la vista y vio que victor venia hacia ella y todos sus pensamientos desaparecieron.

()

- ¿Qué te ha parecido Raquel?
- Bueno, no esta mal. Aunque es un poco rara
Ángel e Irene habian vuelto a su habitación en la casa de los fenix y se habian dejado caer en sus camas mientras hablaban.
- ¿rara? Yo la he encontrado de lo más normal.
- Para ti todo el mundo es normal, es como si vivieras en el pais de las maravillas – le dijo Ángel sonriendo.
- Más o menos, si. Y la verdad, no se vive nada mal aquí ¿sabes?
Ángel giró la cabeza hacia ella y soltó una carcajada. Irene estaba con las piernas apoyadas en la pared y la cabeza colgando por el lado contrario de la cama.
- Jajajaj, ¿esque tu nunca te cansas de estar siempre tan feliz?
- ¿cansarme? – dijo mientras movia la cabeza y su cabello se movia de un lado para otro – nunca, ¿Qué gano estando triste y amargada todo el día? Mejor estar contenta que no estar comiendome la cabeza por cosas que se que no se pueden solucionar. Si las cosas pasan son por algo. Yo lo veo así. Asique lo mejor es estar feliz.
- Bien mirado… - murmuró Ángel. Mientras pensaba en el comentario que acababa de hacer su amiga llamaron a la puerta. Normalmentre en estos casos nadie acude a abrir, pero claro, estando Irene, “normalmente” no existe. La chica había pegado un salto levantandose de la cama y había llegado a la puerta en apenas un minuto.
- Hola Max. – la oyó decir.
- Hola. Vengo a deciros que dentro de una hora se van a hacer las pruebas de la casa de los cuervos y vamos a coger sitio porque se llena enseguida. ¿venis?
- Emm claro. Luego vamos.
- Bien. Nos vemos allí.
- Vale. ¡adios!
Irene cerró la puerta y llegó hasta la cama de Ángel. Se tiró a su lado y volvió a dejar caer la cabeza por el lado.
- Bueno ¿listo? Tenemos que ir a apoyar a Raquel.
- Desde luego. Tiene que ser interesante.

()
Marina habia vuelto a la mesa de Aurora, y al hacerlo se dio cuenta de que le hubiera gustado irse con Ángel, Irene y Raquel. Pero creyó que eso ofenderia a su amiga. Se había vuelto a sentar en la misma silla y poco a poco la misma sonrisa falta fue apareciendo en su cara. Aurora no parecia haberse dado cuenta de que había vuelto. De hecho estaba tan inmersa en su charla con los demas cobras que no se fijo en una chica que llegó hasta ellos.
- Oye, van a hacerse las prubas de la casa de los cuervos. ¿venis?
- Yo sí – contestó Marina sin darse cuenta. En ese momento Aurora y sus amigos la miraron. Marina tragó saliva de forma audible.
- ¿vas a ir? – le preguntó su amiga.
- Pues… si. ¿pasa algo?
- Nosotros no vamos a esas chorradas.
- ¿nosotros?
- Los cobras. No vamos a esas cosas – le dijo seria.
Marina asintió y se levantó.
- Pero esque yo no soy de la casa de los cobras. Ya nos veremos – le dijo solo a su amiga. Se dio la vuelta y siguió a la multitud que salian de la cafeteria, con la cabeza alta y algo apenada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario