viernes, 27 de noviembre de 2009

Capítulo 27: No me abandones


Una chica de cabellos cortos andaba por el campus, abrazándose a sí misma resguardándose del aire frío, parecía que el día acababa de cambiar totalmente.
Una tristeza amarga recorrió todo el cuerpo de Raquel, al contemplar una figura oscura caer por una de las ventanas del edificio de los Fénix.
Una imagen muy cercana pero a la vez tan distante, el cuerpo de una persona que conocía muy bien.

-¿Irene?-Susurró Raquel mientras se acercaba lentamente.-¡¡¡IRENE!!!

La chica salió corriendo hacia su posición, donde la gente había empezado a concentrarse a ver lo que pasaba.
Raquel se abrió paso entre la multitud como nunca lo había echo, como si de su propia vida se tratase. Cayó frente al cuerpo de Irene, que parecía tan cambiada, un pelo corto y negro muy parecido al de Raquel ahora cubría casi toda su cara, y su cuerpo que apenas podía mover estaba cubierto por un vestido negro y largo.

-¡Irene no te vayas!, yo estoy aquí, no estas sola…-Empezó a susurrarle al oído Raquel a su amiga mientras la había cogido por su mitad superior del cuerpo y la abrazaba contra sí.

Raquel no paraba de llorar mientras oía la lenta respiración de Irene.

-¡¡QUE ALGUIEN LLAME A UNA AMBULANCIA, JODER!!
-¿Quién…?-Susurró Irene.
-Irene tranquila, yo estoy aquí, no pienso dejarte, todo va a cambiar… no te vayas-Le suplicó Raquel.
-No veo nada…-Eso fue lo ultimo que dijo Irene, hasta que su respiración paró por fin.

“Oscuridad, por más que abría los ojos no podía ver nada, pero así estaba mucho mejor, por fin estaba tranquila, por fin no sentía dolor. Dejaba mi mente en blanco, la tranquilidad me empezaba consumir, pero algo me despertó de ese sueño para llevarme a otra parte.
-Irene…, Irene…-empecé a escuchar en susurros.
Abrí los ojos y me encontré en un paisaje desierto, frente a un gran árbol lleno de flores y de hojas, parecía ser lo único con vida de ahí.
-Irene…-Volví a escuchar ese susurro, que parecía provenir del gran árbol que estaba frente a mí. Me acerqué lentamente pero a medida que lo hacía las hojas y las flores comenzaban a marchitarse y acababan cayéndose, dejándose llevar por las ráfagas de aire, haciendo que algunas hojas me golpearan en la cara.
Empecé a tener frío, y no pude evitar abrazarme a mí misma, me dí cuenta de que seguía llevando mi vestido negro, con el que había saltado desde la ventana. Miré a mi alrededor, estaba sola, solamente tenía la compañía de ese gran árbol, pero a cada paso que daba lo iba matando lentamente.
Entonces varias imágenes de mi vida empezaron a cruzarse por mi cabeza, mi infancia, mi primer amor, mis amigos, mi familia, la universidad… y entonces empezaron a surgir las caras de mis amigos; Marina, Ángel, Joel, Zacarías… las imágenes iban pasando cada vez más rápido hasta que se pararon en la cara de una chica, Raquel.
-Raquel…-Susurré, y en ese mismo instante noté como el dolor volvía a mí cuerpo, mis pulmones empezaban a desear aire otra vez, caí al suelo y cerré los ojos con todas mis fuerzas, agarrándome la cabeza con mis manos. Cuando volví a abrir los ojos y el aire por fin inundó mis pulmones.
Me encontré a Raquel frente a mí llorando y presionando varias veces mi pecho.”

-¡¡¡IRENE!!!-Gritó Raquel cuando descubrió que había abierto los ojos.

El sonido de la ambulancia empezó a escucharse detrás de ellas y varios enfermeros se acercaron rápidamente.

-Sigues viva…
-Me has…¿salvado?¿por qué?
-Tú eres mi amiga, y haría lo que fuera por ayudarte…

Un hombre empezó a poner a Irene sobre una camilla ayudado por sus compañeros.

-¿La has reanimado?-Preguntó uno de los hombre extrañado.
-Sí…

()

-Bueno… yo me voy…-Dijo Ángel mientras se alejaba de Joel y de su novia.-Adiós, Joel…
-Espera Ángel.- Dijo Joel mientras se acercaba a este.-quiero agradecerte todo lo que has hecho por mí, y siento haberte dado falsas esperanzas…, ¿amigos?

Ángel observó como Joel extendía su mano derecha hacia él, con una gran sonrisa que dejó ver los largos caninos de Joel, esos dientes tan perfectos que hacia tiempo no veía como ahora.

-Claro.

Y mientras Ángel estrechaba su mano, Joel lo acercó a él para darle un fuerte abrazo.
Se separaron, y mientras Ángel trataba de esquivar la mirada de Joel un zumbido procedente de los bolsillos de los pantalones de los chicos captó su atención.
Joel sacó primero su teléfono móvil, seguido de Ángel.

-Mierda…-Susurró Ángel.
-Te acompaño.-Se apresuró a decir Joel.-¡Claudia esto es una emergencia me tengo que ir!

()

Marina estaba sentada en la cama de Zacarías, con una de sus camisetas puesta encima de su ropa.

-¿Qué haces?-Le preguntó este al salir del baño.-no me digas que has aprovechado el tiempo en que estaba en el baño para registrarme la habitación…
-Quizás…

Zacarías se acercó lentamente hasta Marina, y acercó su cara a la de esta para besarla, pero justo cuando sus labios tendrían que haberse tocado, Marina giró la cara y este la besó la mejilla.
Zacarías se tiró encima de Marina, que cayó sobre la cama y le cogió por las muñecas.

-Ahora no opondrás resistencia…-Dijo Zacarías riendo, mientras intentaba besar a Marina, pero esta seguía esquivando sus besos, sin dejar de reír.
-¡Suéltame!
-¿Y si no quiero?
-Te obligare…-Dijo Marina mientras acercaba su cara a la de Zacarías y le mordía el labio inferior.

Zacarías soltó a Marina y se levantó lentamente, mientras esta le iba quitando la camiseta que llevaba puesta.

-Te quiero…-Susurró Zacarías al oído de Marina, pero justo cuando Marina acercaba su cara a la de este para besarlo un pequeño pitido los alerto de que algo no marchaba bien.
-Es tu móvil…-Le dijo Marina a Zacarías.

Zacarías se acercó a el escritorio donde había dejado su teléfono, pero cuando fue a verlo se dio cuenta de que no era el único teléfono que sonaba.

-Tu móvil también…

()

El día había comenzado a nublarse, el cielo estaba gris, y las nubes amenazaban con empezar a soltar pequeñas gotas de agua.
Raquel estaba sentada en uno de los bancos que había en el pequeño jardín del hospital, observando lo que tenía frete a ella, observando la vida que se le escapaba entre los dedos, observando todo lo que pasaba a su alrededor sin poder hacer nada por cambiarlo.

-¡Raquel!-Gritó Ángel mientras se acercaba corriendo seguido de Joel.-¿dónde está Irene?
-La están estabilizado, tiene una hemorragia interna aparte de los huesos que se ha roto…
-¿Y cómo es que estás aquí?
-Esta en el quirófano, ahí estará varias horas…
-¿Pero cómo…?-Se introdujo Joel en la conversación.
-Saltó por una ventana…

Todos se quedaron callados, con la mirada perdida entre las ventanas del hospital.

-No son motivos para querer tirar la toalla.-Dijo Ángel enfadado.
-¿Acaso tú lo entiendes…?¿Acaso tu vida a estado tan llena de mierda como para preferir dejar de sufrir?¿tirar la toalla? Tú nunca podrías llegar a entender lo que a pasado Irene.
-¿Y tú sí?
-Créeme la entiendo mucho mejor que tú…

Raquel se levantó del banco y se alejó de allí.

()

-¡CORRE!-Decía Marina mientras observaba a Ángel y a Joel a lo lejos, seguido de Zacarías.
-¿Qué a pasado?-Preguntó Zacarías.-Raquel nos mandó un mensaje, de Irene…
-Nos lo mandó a todos…-Dijo Joel con la mirada fija en el césped.
-¿Dónde está Irene?-Preguntó Marina mientras se ponía frete a Joel.
-Se supone que está en quirófano.
-¿Se supone?
-Eso es lo que nos dijo Raquel antes de marcharse de aquí.
-¿Raquel?¿Y a dónde…?
-Bueno chicos, en vez de estar aquí sin hacer nada sería mejor que entráramos a ver que tal va Irene.-Dijo Zacarías.
-Sí, será lo mejor.

Los chicos entraron en el hospital, y como si se supieran el camino de memoria siguieron los pasillos asta llegar a una sala de espera. Allí se sentaron en un banco acolchado y esperaron.

()

Los días parecían no terminar, habían pasado dos desde que Irene se lanzó por la ventana.
Irene no había despertado desde ese día, pero los médicos les daban esperanza a los chicos, que parecían vivir en el hospital. Al menos dos de ellos.
Marina y Zacarías pasaban algunas horas del día sentados junto a la cama de Irene, y Joel solo pasaba algunos días para ver como seguía.
En cambio ángel se pasaba allí casi todo el día, todos los días, incluso los fines de semana se quedaba a dormir allí, ya había conocido a la familia de Irene, ya que habían venido para verla.
En estos momentos Ángel no tenia nada más, así que le daba igual perder el tiempo allí, para él era como si fuera el tiempo que le tenía que haber dedicado a su amiga en su tiempo.
Y Raquel ya no aparecía por la universidad, pasaba la mayor parte de el día en el hospital, sentada en la cama de Irene junto a esta, ángel y ella pasaban bastante tiempo juntos en la habitación de Irene, pero era como si el otro no estuviera.
Desde que tuvieron esa pequeña conversación ambos habían dejado de hablarse.

()

Raquel estaba frete a una máquina expendedora, intentando sacar una botella de agua. Cuando oyó una voz conocida a lo lejos. Empezó a guiarse por sus oídos y llegó hasta una habitación del hospital.
Empujó suavemente la puerta lo justo para poder mirar por una fina rendija y se encontró tumbado en una cama a Víctor.
Raquel abrió los ojos como platos, y se tapó l aboca con una de sus manos.
Allí tumbado estaba él, durmiendo. Con la cabeza vendada y uno de los brazos escayolados. Raquel no quería hacer el mínimo ruido, ya que la voz conocida que había escuchado era la de Daniel que estaba sentado al lado de la cama de su hermano.
Charlando…

-Vaya paliza que te dieron los de la cárcel.-Dijo con una débil sonrisa.-tranquilo, aún sigo con nuestro pequeño plan… esa puta no se va a librar, por los viejos tiempos.

Raquel palideció al escuchar esas palabras, hacía días que no respondía a las llamadas de Daniel, y lo evitaba a toda costa.

-A veces te echo de menos, si estuvieras aquí todo sería más fácil, tú eras mi mula de carga…

Raquel se alejó corriendo de allí, directa a la habitación de Irene, su único refugio últimamente, pensando que allí estaría segura, que Daniel no la había visto, ¿pero era cierto?

-¿Raquel…?-Susurró el hermano mayor.-Mierda era a la única persona que no quería hacerle daño…
-No te acerques a ella…-Susurró débilmente Víctor, despertando en su cama.

Daniel le miró desafiante, mientras se levantaba de la silla que tenía junto a la cama de este.

-No estas en tu mejor momento Víctor…
-Si le haces daño te hundiré.
-No puedes amenazarme, no ahora…-Dijo mientras se acercaba a una bandeja que había junto a la cama de su hermano.-no ahora…

Daniel cogió una jeringuilla vacía, la llenó de aire y se la clavó a su hermano en la arteria del cuello.
Víctor comenzó a espirar fuertemente, mientras que su hermano lo miraba con frialdad, observando como la vida de su hermano pequeño comenzaba a terminarse.

()

Ángel seguía medio tumbado en el sillón de la habitación de Irene, leyendo un pequeño libro, pero más que leer no paraba de mirar a Irene tendida en la cama, con su pelo corto y negro sin apenas verse, por culpa de las vendas que la cubrían casi por completo.
La garganta comenzó a secársele y se levanto para sacarse algún refresco de la maquina expendedora.
Por el camino se encontró con Zacarías que lo saludo con cara de preocupación.

-Hey, Ángel.-Le dijo apoyándose en la maquina.-¿Has visto a Marina? Habíamos venido para visitaros, pero la e perdido de vista…
-Es un poco mayor para perderla ¿no?
-Vamos, ¿La has visto?
-No he salido de la habitación en todo el día.
-Joder…

()

Marina estaba en los baños del hospital, lavándose las manos. Estaba dispuesta a irse pero antes decidió arreglarse un poco el maquillaje. Oyó un pequeño crujido, pero no le dio demasiada importancia.
Sacó el delineador y comenzó a repasarse los ojos, volvió a oír otro crujido procedente del mismo sitio de donde había oído el anterior.
Esta vez comenzó a ponerse un poco nerviosa, pero sacó un brillo del bolso y se lo comenzó a aplicar por los labios.
Otro crujido.
Dejó el bolso juntó al lavabo y se dirigió hasta la puerta cerrada del baño de donde procedían los crujidos.
Golpeó la puerta para abrirla, ya que pensaba que estaría cerrada, pero no era así, estaba abierta y gracias a la fuerza con la que Marina la había golpeado se abrió rápidamente, dejando ver lo que había en su interior.
Dejando una mueca de horror en la cara de Marina.

()

Ángel y Zacarías andaban dirección a la habitación de Irene, con la esperanza de que Marina ya estuviera allí.
Pero no fue eso con lo que se encontraron al girar uno de los pasillos, varios enfermeros entraban corriendo en la habitación de Irene, su madre y su padre permanecían en el exterior llorando.
Ángel salió corriendo con la intención de entrar, pero uno de los enfermeros lo paró en seco, diciéndole que no podía pasar.
Las lágrimas comenzaron a caer por la cara de este, impotente, sin poder hacer nada por ayudar a su amiga. La madre de Irene abrazó a Ángel y entré sollozos le dijo que Irene se había ido.

()

-¿Qué…?-Intentó decir Marina mientras caía al suelo, sin apartar la mirada del cuerpo ahora sin vida de Raquel, colgado del cuello de una de las vigas del techo del baño.-¿Qué…?

-Eso es lo que te pasará a ti…-Dijo una vos detrás de Marina.

Esta se giró rápidamente y vio allí frete a ella a Daniel, erguido, con un cable entre las manos que apretaba con tanta fuerza que le cortaba la circulación de las manos.

-Ya tenía ganas de acabar contigo…